Segun
Stanislavski el buen actor es el que tiene un control total sobre su
cuerpo.
Dice Peter Brook: "...nadie en el mundo, que yo sepa, nadie
desde Stanislavski, ha investigado la naturaleza de la actuación, sus fenómenos,
sus significados, la naturaleza y la ciencia de sus poderes mentales, psíquicos
y emocionales tan profunda y tan completamente como Grotowski. A su teatro
lo llama laboratorio. Lo es. Es un centro de investigación. El control
del cuerpo - plantea Stanislavski - no tiene sólo una finalidad, la
habilidad física no basta, se necesita que el cuerpo logre hacerse
instrumento y portador del tempo-ritmo que es plasticidad en el cuerpo
pero no sólo plasticidad del cuerpo". El Actor en el trabajo sobre sí
mismo aborda diversos ejercicios que lo invitan a reconocer y confrontar
sus limitaciones, iniciando un proceso de apropiación de principios
fundamentales para su tarea. En este proceso, lo que habitualmente
llamamos técnica, va dejando de ser algo ajeno a él para convertirse en
la palanca o herramienta que le da la capacidad de autoprovocarse y ser
sujeto de la acción, generando así la proyección, circulación y manejo
necesario de la anergía para estar en escena. De esta manera, ya no
trabaja sobre los principios en sí, sino que esos principios operan sobre
él, abriendo nuevos canales y lugares propios. En la dinámica de este
proceso personal, el actor puede encontrarse en el intento de sobrepasar
sus limitaciones arribando así a una nueva síntesis y aproximándose a
la elaboración de su propia técnica, lo que le permitirá utilizar todo
lo que percibe como motivador, impulsor y generador de su acción.
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